Distrito Federal, 1º de septiembre de 2010.
Querido Aarón Company (Q.E.P.D.):
Estimado amigo:
Ayer, por la tarde, supe recién de tu prematuro viaje a la eternidad. He llorado, me he sentido triste, confundido y algo perturbado.
Desde que me enteré, no he dejado de pensar en ti, de preguntarme sobre qué pudo haber pasado para que tú decidieras sorprendernos con tu partida, y de ponerme a pensar en qué pudo haber oprimido tanto a alguien como tú, mi joven amigo, una persona tan entusiasta, sensible, inteligente, bromista, colaborador y crítico a las problemáticas sociales.
No lo sé, no puedo comprenderlo, y me invade la tristeza.
Comparto mucho la idea de una amiga tuya, que escribió en tu Facebook, que “morir es mudarse de una casa a otra mucha más bonita”.
Sin duda, ahora los muros de tu cuenta de Facebook se han convertido, como dice otro amigo tuyo, en “un altar”, donde hoy podemos escribirte nuestras palabras, plegarias, pensamientos, sentimientos, pesares…
Y me cuestiono igual sobre cuán capaces o incapaces somos los seres humanos para percibir o no, en determinado momento, el sufrimiento del otro, de la otra, para poder ir en su auxilio, a tiempo y ser apoyo, ser hombro, ser oyente, sea que exista o no algún tipo de señal para hacerlo. No lo sé, mi amigo, no lo sé…
Recuerdo el primer email que escribiste al Grupo 44 LGBT de Amnistía Internacional-México señalando: “considero ser siempre un humano en constante evolución, que se reconstruye a diario”. Algo se truncó, en este caminar, mi tan joven amigo.
Al Grupo te uniste en septiembre de 2009, pero, en verdad, ya eras miembro voluntario de Amnistía Internacional-México un par de meses antes, en el mismo año.
Me comentaste que eras “cero demagogias, cero autoritarismos”, ¡no a la dictadura neoliberal! Me dijiste: “más allá de aportar una suma económica cada mes, quiero una participación activa”.
Ahora, recuerdo el primer día que nos conocimos (hace más de un año), con un café de por medio, en nuestra Facultad (FCPyS-UNAM). Tú me hablaste sobre tu pasión por la sociología, tu interés por causas sociales, tu gusto por nadar (“los lunes y los jueves”), y tus enormes ganas de actuar por los derechos humanos: para “hacer algo”, decías, para vivir mejor, con respeto, sobre todo cuando hablamos de nuestro “derecho a ser diferentes”, pero siendo “iguales en dignidad y en derechos”.
Evoco ahora nuestro último café, antes de irme de viaje a Brasil, también en nuestra Facultad, donde tú me platicaste muy entusiasmado y apasionado sobre el tema de tesis que querías trabajar. En verdad, yo te confesé que me había entusiasmado con tu tema desde una conversación previa que sostuvimos vía chat, sobre el mismo punto. Incluso comentamos de alguna bibliografía, y tú me sugeriste un libro en inglés que había hecho que te motivaras más por tu temática, pensando en México.
Hoy viene a mi mente también el día que fuiste solidario cuando tuvimos problemas para instalar nuestra “mega-ofrenda” del G-44 LGBT, en el marco de la semana de las “Ofrendas de Muertos”, en nuestra Máxima Casa de Estudios. Siempre mantuviste el sentido del humor, y estuviste dispuesto a echarnos una mano, pese a la adversidad.
La última vez que nos vimos fue en marzo de este año (llegaste con un amiga, también de nuestra Facultad, no recuerdo su nombre), un sábado que nos encontramos para ir a Puebla, como parte del Grupo 44 LGBT de Amnistía Internacional-México, con el fin de hacer activismo a favor de los derechos humanos de las mujeres.
Micrófono en mano, tú leías con firmeza, muy contento, entusiasmado y comprometido con la causa. Aquel día, ambos fungimos de activistas-locutores-animadores en plena plaza central de esa ciudad, alzando la voz, a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, sobre todo de aquellas que deciden libremente sobre sus propios cuerpos, en relación a la interrupción del embarazo por diversas circunstancias, en ocasiones bajo situaciones extremas o precarias, como bien sabemos.
Ya en abril del presente año, vía un breve chat, me preguntaste “¿qué tal Brasil?...”
Semanas antes, yo te había contado por chat sobre mi estancia de investigación que haría en Brasil, en la Universidad de São Paulo, y sobre los detalles de la misma. Me hablaste de un amigo tuyo brasileño de Ceará, que había estado de intercambio en la UNAM. Luego platicamos igual un par de oportunidades más a través del chat.
Yo regresé de Brasil a México el 16 julio de este año, pero fue apenas ayer que supe de tu “hasta pronto”. Y vuelven a inundarse mis ojos. Y es que el día que decidiste partir yo aún estaba fuera del país. Y no nos comunicamos más. Por eso, no puedo creer lo sucedido, me gustaría que fuera un mal sueño, pero no es así.
Ahora sí, mi amigo Aarón Company (Donovan), me voy despidiendo. Me quedo con un grato recuerdo de tu sensible, inquieta y noble persona. Estaba seguro que ibas a ser un sociólogo de los buenos (¡ya casi culminabas la carrera, mi amigo!), y también un activista de derechos humanos solidario, coloquial, crítico y divertido. Por ahora, nos has privado de ello, pero pronto volveremos a encontrarnos para seguir trascendiendo, como era tu anhelo.
A tus familiares y a tus amig@s nos dejas la desafiante tarea de reflexionar, de la mejor manera posible, sobre lo acontecido, en el sentido que ya otro amigo tuyo lo escribe también en tu muro de Facebook:
“Creo que lo que te pasó a ti […] sólo nos dice que tenemos que estar más cerca de las personas por más lejanas que nos parezcan. Espero que estés muy bien donde quiera que eso sea”.
Apreciado Aarón, me despido de ti, con un fuerte abrazo.
[David y yo tenemos la ilusión de organizarnos para que un día de estos l@s miembros del Grupo 44 LGBT de AI-México podamos ir junt@s a “visitarte”, colocar coloridos ramos de flores sobre tu tumba, y decir alguna plegaria, recordándote sensible, noble, sonriente, inquieto, crítico y amable. Y luego de ello, sostener una cálida reunión en tu memoria, buscando afianzar los lazos de amistad, solidaridad y compañerismo que nos unen.
Espero que podamos contactar a algún familiar o algún amig@ tuy@ para que nos pueda informar muy gentilmente el lugar donde es que ahora reposas.]
Estimado amigo, descansa en Paz.
Con amistad y afecto,
Manuel Herrera (Grupo 44 LGBT / FCPyS-UNAM)
domingo, noviembre 14, 2010
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