miércoles, mayo 13, 2009

La bi-tras-lesbofobia


MUJERES LESBIANAS, BISEXUALES Y TRANSGÉNEROS LUCHANDO CONTRA LA HOMOFOBIA Y LA DISCRIMINACIÓN

Aquí, algunos fragmentos del panel “Mujeres lesbianas, bisexuales y transgéneros: Activando contra la homofobia, por sus derechos”, que realizamos como Grupo 44 LGBT de Amnistía Internacional-México, en el marco del Día Mundial de Lucha contra la Homofobia y de la exposición “Discriminar deshumaniza”, el año pasado, por estas mismas fechas.

Myriam Brito, activista bisexual, participa en la coordinación del grupo Opción Bi.

¿Y qué han hecho el grupo para combatir el estigma de la bisexualidad?

“En el grupo Opción Bisexual, lo que hemos tratado de hacer, primero fue entender qué era este estigma de la bisexualidad, cuáles eran sus componentes, y lo hemos tratado de ir desmontando; es decir, las mujeres que tenemos una orientación bisexual no somos promiscuas, posiblemente habrá quién sí y quién no, pero eso no importa si es bisexual o no; no somos infieles, tenemos capacidad para establecer relaciones de largo plazo. El asunto del contagio del VIH no depende de la orientación sexual; no estamos indefinidas, no estamos en transición. La orientación lésbica no es la única orientación sexual. Habrá que intentar ir más allá de nuevo de estas dicotomías de género (mujer-hombre, homosexual-heterosexual). La realidad humana, y en tanto que humanos y humanas, vemos que es más compleja, más rica, más llena de posibilidades y de opciones. No somos inseguras, sabemos lo que queremos, esa es nuestra definición, ser bisexuales.”


Será necesario seguir combatiendo la invisibilidad de las mujeres bisexuales, que se alimenta justamente del estigma: “seguiremos dando lata en el punto, porque es muy fácil que desaparezcamos del mapa de la visión de la gente”.


El reto es visibilizarse. “Realmente está muy difícil que nos visibilicemos, entonces, justo es el trabajo que intentamos hacer desde Opción Bi: visibilizarnos, combatir el estigma. Yo digo que vamos como en trabajo de hormiguitas… Vamos de pasito en pasito, no tenemos el recorrido que han hecho lesbianas y gays en su movimiento. Como movimiento estamos apenas empezando, simplemente vamos a posicionarnos y decir somos bisexuales, y explicarles a gays y lesbianas, o sea es empezar primero como en casa, por decirlo de alguna manera”.

“Entonces, fíjense, apenas llevamos diez años, realmente si lo comparamos con el trabajo que llevan gays y lesbianas trabajando, es nada, estamos en los primeros pasitos y en pañales, apenas estamos en esta etapa de informar y sensibilizar”
.

Angie Rueda, activista transgénero y funcionaria de CONAPRED.

“Yo soy una mujer transgenérica. No estoy peleada con mi sexo biológico de nacimiento, en mi caso específico. Sé que hay casos de discordancia de género muy grave que han llevado a amigas a la automutilación o hasta el suicidio.”

En torno a cómo ha vivido ella la discriminación, manifesta: “… mujeres feministas radicales y lesbianas -y esa ha sido una lucha que se está dando- no me consideran como mujer, es decir que la discriminación se da entre varones homosexuales que condenan a las locas, travestistas, las jotas; entre mujeres conservadoras que no me consideran mujer, o mujeres radicales feministas lesbianas que me consideran un hombre fallido, quintacolumnista. Pero también al interior de las mujeres trans que tenemos la obsesión de la imposición, de la dictadura de los estereotipos –que bien decía Myram-, ¿quién es la pasable?, la que logra pasar como mujer para olvidarse no sólo del activismo, sino pretender olvidarse de quien fue. Y lo digo con respeto, porque el tema de la disforia de género es un tema muy serio, pero que tienen el riesgo de construir, entonces, modelos de mujer bajo los estereotipos, las dictaduras más convencionales. Y los sentimos entre nosotras.

Hay chicas para la cuales las personas travestistas son como el último grado, la última escala… Y hay chicas travestistas que incluso sin reasignación hormonal, por cuestiones genéticas, de ejercicio, de otro tipo, pasarían como mujeres occidentales de las que hay en televisión; y hay chicas transexuales hermosas desde ese punto de vista, pero siempre con la obsesión de que nadie las descubra porque es lógico que vivieron una vida anterior…”

Al hablar de los cambios que han llegado a su vida, ahora como una persona transgénero, activista ella dice: “Sí me ha dado una visión, me ha dado una vivencia… me ha permitido no solamente recuperar mi alegría… mis hijos y Angiee, recuperar mi alegría de vivir; un sentido de autenticidad, de dignidad de quién soy y lo que creo, y yo he empezado a hablar con ellos, apenas he empezado a hablar con ellos, es un camino largo, es la apuesta de mi vida.”


Paulina Martínez coordina Musas de Metal Grupo de Mujeres Gay A.C.

Su organización realizó una investigación sobre la discriminación a mujeres lesbianas y bisexuales que le tomó dos años. A través de entrevistas, configuraron las historias de vida de 42 mujeres lesbianas y bisexuales, y se centraron en el análisis de 21. En su mayoría, son del Distrito Federal, algunas de otros estados, y hay dos argentinas y una guatemalteca. Sus edades oscilan entre 20 y 56 años. Algunas fueron madres, otras estudiantes, otras profesionistas; algunas van al grupo Musas de Metal, otras no; algunas tienen que ver con el activismo y otras no; también entrevistaron parejas e igualmente a algunas mujeres trans.

“La idea era ver que los crímenes por homofobia o transfobia son a veces muy violentos, terminan en la muerte, y entonces eso hace que sean muy llamativos y se haga una investigación al respecto; no en todos los casos, no en todos los países; pero es lo que más sobresale. El caso de las mujeres lesbianas, bisexuales, no está tan reconocido porque no siempre o no necesariamente llega a convertirse en un asesinato. Y a lo mejor la violencia que se vive no es tan notoria, por eso ni las mismas lesbianas se dan cuenta que son discriminadas y las mujeres bisexuales tampoco. Entonces, por ser un sector que nosotras consideramos marginados dentro de las marginaciones, decidimos hacer esta investigación.”

“Las mujeres no comentan casi con nadie su orientación sexual, pasa mucho tiempo para que lo puedan abrir, y, depende a veces sí han encontrado a alguien que las apoya, a lo mejor un primer acercamiento puede hacer una gran diferencia; pero si no es así, llegan a la edad adulta con dudas, con muy poca información.”

La mayoría de entrevistadas dijo que en sus hogares no se había nombrado la palabra “lesbiana” durante su infancia, no obstante, sí habían escuchado mensajes homofóbicos sobre homosexuales. Indirectamente entendían que si eran homosexuales, aunque no tuviesen conciencia de la palabra, ellas estaban actuando indebidamente. “No se habla de lesbiandad, pero se entiende que la homosexualidad está mal, y por eso no se manifiesta”.

La mayoría de las familias suelen realizar un señalamiento a las actitudes que consideran masculinas. La palabra “machorra”, por ejemplo, fue reiterada en los relatos de las entrevistadas, no querían ser así señaladas. “Se relaciona el ser machorra con ser inadecuada, entonces, yo no quiero ser inadecuada, me tengo que adecuar al modelo estereotípico femenino. Y la feminidad está sobrevaluada y el irse hacia el lado masculino está mal visto”.


Magalli Piña, miembro del Grupo 44 LGBT de Amnistía Internacional-México.

El año 2005, Amnistía Internacional-Sección de Estados Unidos, elaboró un informe sobre abusos policiacos contra lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero. “Los resultados son escalofriantes. En el país más poderoso del mundo los abusos contra la comunidad LGBT son igualmente poderosos”.

En Estados Unidos, las personas LGBT menores a 21 años sufren un notable acoso en la escuela y mayor riesgo de violencia en el hogar. Y también se calcula que en algunas ciudades norteamericanas, hasta el 40 por ciento de los jóvenes sin hogar son gays, lesbianas, bisexuales y personas transexuales o transgénero. Este informe revela que la homofobia y el racismo con frecuencia van unidos. Una proporción significativa de las denuncias contra personas LGBT tenía como protagonistas a individuos pertenecientes a grupos raciales o étnicos minoritarios. La edad, el nivel socioeconómico y la condición de inmigrante contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir abusos por parte de funcionarios que deben hacer cumplir la ley.

“Una de las dificultades a la que sí nos hemos enfrentado en Amnistía Internacional, de los investigadores, es que a la hora de hacer sus pesquisas en contra de los abusos de LGBT, tanto dentro de la comunidad en general como en parte de los agentes del Estado no hay información. Las autoridades adolecen de ella, también las organizaciones no gubernamentales a nivel nacional o estatal. Y esto se debe a que no hay denuncia, a que no hay seguimiento de las denuncias cuando llega haberlas, a que muchas veces son tan amenazantes las mismas, que seguirlas, puede hacer a cualquier persona desistir, y sintiéndose tan vulneradas, mucho más.”

(Elaborado por: Manuel Herrera L., Grupo 44 LGBT-AI México)






No hay comentarios.: